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Cáncer de Cuello Uterino
El cáncer cervicouterino (CaCu) es una alteración celular de lenta progresión originado en el epitelio del cuello uterino. Esta progresión se manifiesta en estadíos que evolucionan desde la displasia severa que compromete sólo la superficie epitelial, y posteriormente, a carcinoma invasor cuando existe traspaso hacia la membrana basal. Los tipos histológicos más frecuentes son el carcinoma de células escamosas (80-85% de todos los casos) y el adenocarcinoma (10-12% del total de casos).
Las pruebas para la detección del cáncer de cuello uterino deberán comenzarse a partir de los 25 años. Las personas entre los 25 y los 65 años deberán hacerse una prueba primaria del virus del papiloma humano o VPH cada 5 años. Si no se dispone de una prueba primaria del VPH, aún se consideran como buenas alternativas ya sea optar por una prueba conjunta (prueba que combina la prueba del VPH y la prueba de Papanicolaou) cada 5 años, o bien, hacer solo una prueba de Papanicolaou cada 3 años. (Una prueba primaria del VPH es una prueba del VPH que se realiza por sí sola para la detección. La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de los Estados Unidos ha aprobado ciertas pruebas para que sean consideradas como pruebas primarias del VPH). Es muy importante recordar es hacer las pruebas programadas de rutina, independientemente de cuál sea la prueba elegida.
Las personas mayores de 65 años que se hayan sometido a sus pruebas programadas de rutina para el cáncer de cuello uterino en los últimos 10 años con resultados normales y que no tengan un historial de CIN2 o algún diagnóstico más grave dentro de los últimos 25 años no deberán hacer más estas pruebas. Una vez que se hayan suspendido las pruebas, no deberán ser retomadas.
Las personas que hayan tenido una histerectomía total (extracción del útero y cuello uterino mediante cirugía) no deberán someterse a las pruebas de VPH ni de Papanicolaou, salvo que la histerectomía haya sido requerida como parte del tratamiento contra un precáncer grave o cáncer de cuello uterino. Las personas que hayan tenido una histerectomía sin la extracción del cuello uterino (referida como histerectomía supra-cervical) deberán continuar haciendo las pruebas de detección para el cáncer de cuello uterino recomendadas siguiendo las guías antes mencionadas.
Toda persona que haya sido vacunada contra el VPH deberá continuar las recomendaciones sobre las pruebas de detección para su grupo de edad.
Consideraciones para pacientes de otros segmentos de la población.
Aquellas personas con riesgo elevado de cáncer de cuello uterino debido a un sistema inmunológico suprimido (infección con el VIH o uso de esteroides por largo plazo) o debido a que hayan tenido exposición a la sustancia química DES en el útero, puede que requieran de un programa de pruebas de detección más frecuente y deberán seguir las recomendaciones de acuerdo a las indicaciones de su equipo de profesionales de la salud.
Importancia de la detección del cáncer de cuello uterino
En el pasado, el cáncer de cuello uterino era una de las causas más comunes de muerte por cáncer en las mujeres de Estados Unidos. La tasa de mortalidad de cáncer de cuello uterino disminuyó significativamente con el aumento en el uso de la prueba de Papanicolaou. No obstante, la tasa de mortalidad no ha cambiado mucho en los últimos 10 años.
En años recientes, la prueba del VPH ha sido aprobada como otra prueba de detección del cáncer de cuello uterino, La prueba del VPH busca la presencia de infección con los tipos del VPH de alto riesgo que son más propensos a evolucionar a precáncer y cáncer en el cuello uterino. La prueba del VPH se puede hacer por sí sola (prueba primaria del VPH) o al mismo tiempo junto con la prueba de Papanicolaou (referida como prueba conjunta).
Las pruebas de detección ofrecen la mejor oportunidad para encontrar el cáncer de cuello uterino en sus comienzos, cuando el tratamiento puede ser más eficaz. Además, las pruebas de detección pueden en realidad prevenir la mayoría de los cánceres cervicales mediante la detección de los cambios anormales de las células del cuello uterino (precánceres) para que puedan ser tratados antes de que éstos tengan la oportunidad de convertirse en un cáncer cervical
La mejor manera de detectar el cáncer de cuello uterino en etapa temprana es realizándose las pruebas de detección, como son VPH y Papanicolaou (en fase sólida o en fase líquida). Estas pruebas pueden hacerse por sí solas cada una, o ambas a la vez (prueba conjunta). Se ha demostrado que hacer las pruebas de detección programadas rutinariamente salva vidas al prevenir el cáncer de cuello uterino. Es de vital importancia cumplir con las pruebas programadas de rutina, independientemente de cuál sea la prueba elegida.
La detección temprana mejora ampliamente las probabilidades de éxito en el tratamiento y puede prevenir que cualquier cambio inicial en las células cervicales se convierta en cáncer. Estar alerta ante cualquier señal y síntoma de cáncer de cuello uterino también puede ayudar a evitar retrasos innecesarios en el diagnóstico.
Prueba de VPH
Los doctores ahora cuentan con una prueba para detectar el VPH (tipos de alto riesgo o carcinogénicos) que tienen una mayor probabilidad de causar el cáncer de cuello uterino al buscar partes del ADN en las células del cuello uterino. La prueba puede hacerse por sí sola o junto con la prueba de Papanicolaou, con el mismo bastoncillo algodonado (hisopo) o en fase líquida.
Prueba de Papanicolaou
La prueba de Papanicolaou es un procedimiento que se usa para recolectar células del cuello uterino con el fin de analizarlas en un laboratorio para así detectar si hay cáncer o precáncer.
Si se opta por la prueba de papanicolaou en fase líquida, se puede hacer la prueba para detección de VPH.
Un resultado anormal de una prueba para la detección del cáncer de cuello uterino es a menudo el primer indicio de este tipo de cáncer. Este resultado derivará en continuar con pruebas adicionales para diagnosticar el cáncer.
Fuente: American Cáncer Society y guías Minsal.
Autor: Dr. Luis Eduardo Malavé Sanz. Médico cirujano especialista en anatomía patológica